UNA SERIE DE TEMAS: ELEVATE, (Deuteronomio 32:11)
Como el águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas…Deuteronomio 32:11
La madre águila incita a sus aguiluchos a que aprendan a volar, revoloteando sobre ellos. Dios, como el águila, mueve a sus hijos para llevarlos a un nuevo nivel.
En la Biblia, vemos constantemente cómo Dios se mueve y cómo mueve a su gente. Pero, Dios no tan sólo mueve gente, sino también a ciudades completas. Cada vez que Dios quiere impulsar a alguien, se mueve sobre ellos.
Génesis 1 nos dice que la tierra estaba desordenada y vacía, y que el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas. El que Dios se moviera sobre aquel lugar, abrió la posibilidad de que las cosas en la tierra fueran restauradas. ¿Qué es el mover de Dios? Es cuando Dios esta ordenando lo desordenado y las cosas comienzan a cambiar para cumplir el propósito divino.
Lucas nos relata que Herodes puso impuestos y, a causa de esto, José y María tienen que moverse a Belén. Esto sucedió para que se cumpliera la profecía que decía que el mesías nacería en Belén. De esta misma manera, Dios provoca cambios en tu vida y en tu ciudad para que se cumpla su propósito en ti. Dios mueve ciudades completas, para posicionar a su gente en el lugar correcto.
Dios ha estado moviendo algo dentro de ti, como Pablo le dijo a Timoteo, aviva el fuego del don de Dios que hay en ti. Habrá cosas que no te dejarán dormir, hasta que hagas lo que tienes que hacer. Empezarás a ver que las cosas se comienzan a mover, y te causará temor, pero no temas porque en eso está Dios. No olvides que lo mismo le sucedió a Jonás, Ananías, Moisés, Gedeón, David, Jeremías.
Todo movimiento que veas obrará a tu favor, cuando eres dirigido por el poder de Dios y lavado por la sangre del Cordero de Dios. No temas de los impuestos que ponga el gobierno, no temas por la economía, no temas porque el mundo cambie, porque son movimientos de Dios para posicionar a la gente correcta en el lugar correcto para que así se cumpla su propósito.
Recuerda, cada vez que veas movimientos a tu alrededor o en tu interior, es Dios incitándote para sacar lo mejor de ti. Nunca más le temas al mover de Dios.
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